jueves, 26 de marzo de 2020

Reflexiones sobre el coronavirus (I): los aplausos de los cojones

(Tras años de inactividad, la pandemia y el confinamiento han forzado el regreso de la actividad a este blog. Trataré de actualizar cuando pueda o me dé la real gana, como siempre).

El plas, plas, plas y la playlist rojigualda

(Dedicado a mi vecino pinchadiscos, el de la bandera de España en el balcón)

A las 20:00 empieza la fiesta, incluso minutos antes ya se jalea. Aplausos a rabiar, hasta que sangren las palmas de las manos. A nuestros sanitarios (públicos). A los que semanas antes alguno estaba dispuesto a gritar o incluso pegar si tenía que esperar más de 10 minutos en la consulta. A la sanidad pública de las urgencias para un resfriado. La de las listas de espera. La sanidad a la que algunos criticaban, que había que privatizar porque suponía un derroche para "las arcas públicas”.  La sanidad universal que algunos (subnormales) no querían, muchos. Porque un porcentaje alto de los que aplauden han votado y votarán a los que la han recortado. Sin rubor. Si hasta hace dos días gobernaba un tal MR, con mayoría absoluta. 

Pero no sólo aplausos, también música. Fiestón diario, a todo volumen. Resistiré, del Dúo Dinámico, pata negra. Y luego, Manolo Escobar y que viva España. Nuestros grandes clásicos, aquellos que han vertebrado nuestra España plural, con nuestras individualidades, la de todos, que decía el campechano. Bien alto el volumen, por supuesto, hay que alegrar al vecino, ¡arriba ese ánimo, joder! que somos españoles... Y, para finalizar, claro, el himno nacional. Sólo falta entonar el "a por el virus, oe"... dadles tiempo y lo perseguirán por la calle, con el palo en la mano, portando la bandera rojigualda made in china, Cataluña ya es historia.

Y luego, a cenar y a dormir, con la conciencia tranquila y felices de vivir en comunidad. Con sensación de haber peleado, de estar todos juntos en esto: ganaremos esta guerra (el lenguaje bélico es importante). España ganará. Unida, jamás será vencida.

Mi reflexión: subnormales, tontos del culo, dejadnos en paz al resto, no nos interesa nada vuestra vida ni vuestros aplausos ni vuestros gestos simbólicos, inútiles e inocuos. Comed bandera, seguid viendo la tele, meteos en vuestra puta casa y, cuando esto pase, al menos, dejad de votar a los ladrones y a los falsos patriotas.