viernes, 25 de junio de 2010

La victoria del capitalismo (III): el enemigo está en nosotros

Muchas veces se habla de salir a la calle a protestar... ¿contra qué? ¿contra el "sistema"? ¿contra nuestra propia gilipollez? Esa es una de las grandes victorias del capitalismo: no hay un enemigo concreto... el sistema corre por las venas de todo...

Vamos a comprar a megacentros comerciales con Zara, H&M, Primark… compramos discos en la FNAC y los cachivaches tecnológicos en el Media Markt... hacemos la compra en el Carrefour o en Eroski o algo por el estilo... tenemos nuestro internet, tomamos nuestras cañas, vemos nuestro fúrbol, gastamos gasolina, viajamos en lowcost a Londres o la Conchinchina... y sí, seamos conscientes o no, hay gente muriéndose de hambre o explotados brutalmente. No a miles de kilómetros, que los hay, sino en las propias ciudades que habitamos. El sistema se basa, por un lado, en esclavos que fabrican nuestra ropa, nuestros ordenadores, nuestros móviles... y, por otro, en la propaganda brutal, el MARKETING (tema central, del que hablaré en próximos posts) y la creación de modos de vida y estereotipos para que seamos felices sin pensar ni protestar demasiado.

Claro que existen otras opciones: comprar productos de comercio justo, de agricultura no transgénica, respetuosos con el medio ambiente... pero son más caros, menos bonitos... y quizá hasta sea falso lo que prometen... no se ven, no aparecen, no tienen, insisto, MARKETING.

La cuestión es ¿estamos dispuestos a renunciar a algo? ¿estaríamos dispuestos a renunciar a alguna de nuestras comodidades para cambiar el mundo? Conocemos la respuesta y no es afirmativa...

(continuará)


Si alguno tiene moral, puede leer la letra...

3 comentarios:

David Suárez Suarón dijo...

Aunque también hay mucha fortuna en pocas manos. Es una pescadilla que se muerde la cola ohhh. No creo que se trate de renunciar si no de repartir. Hay pa tod@s.

El Brujo dijo...

No tengo muy claro que haya para todos... Me da que no hay recursos suficientes para mantener a 6.000 millones de personas viviendo al ritmo del Primer Mundo...

David Suárez Suarón dijo...

Sí, es muy complejo pero invirtiendo dinero en educación (derrochado por ahí) se frenaría el constante crecimiento poblacional, que es insostenible.
Hay que renunciar a cosas superflúas sí, como p ej el futbol este galáctico o la Fórmula1.

La moda a bajo coste, los viajes, el turismo, el deporte,los avances tecnológicos, médicos los puede y debe disfrutar todo el mundo.

También se hace necesario un cambio en el modelo energético.

Pero mucho me temo que nos estrellaremos sin remedio tarde o temprano pero la humanidad saldrá adelante. Va aprendiendo a golpes.
Pero no hay que arrojar la toalla, las metas y las utopís cada vez son más imprescindibles.

Y la filosofía barata también jejeje