La Ciudad Lineal
Nuestra primera parada fue la Ciudad Lineal, o más bien lo que queda de ella, que parece únicamente la línea que sigue la carretera... si el pobre Arturo Soria levantara la cabeza... pues se encontraría con una consultoría detrás suya, como en la foto. Vamos a ilustrarnos con un poco de Historia.
Construida a partir de 1894, la idea de Ciudad Lineal, concebida por el mencionado Arturo Soria, constaba de una franja de viviendas unifamiliares encarcelas rodeadas de vegetación, sobre una vía principal que servía de eje de comunicaciones, de 40 m de ancho, y vías perpendiculares a esta de 20 m de anchura y profundidad escasa para no perder el contacto con el campo. Debía tener 50 km pero sólo se construyeron 5 (al menos 3 de los cuales caminamos sin sentido ninguno). Se enmarca dentro de las tendencias del urbanismo higienista de finales del XIX, junto a la de la Ciudad-Jardín. Su lema: “Para cada familia una casa; en cada casa una huerta y un jardín”. Las casas deberían de ser, más o menos, como las de la manzana de la fábrica de armas en Vetusta, para entendernos. (Este rollo lo he copiado de un libro, claro está).
Pues algo así esperaba ver, o al menos que quedara alguna casa, chalet u hotelito... pero nada. Las parcelas permanecen más o menos intactas, pero ahora están ocupadas por bloques de 4-5 plantas en su mayoría, y las calles perpendiculares por bloque más altos y unifamiliares tipo Los Serrano.
Una visita absolutamente cultural, aunque no les gustaría a los japoneses.
El Templo de Debod
En metro desde Callao hasta Príncipe Pío y luego a patita hacia Debod. Lo primero tras salir del Metro que, acertadamente, observó el Hombre que Duerme, fue el aspecto un tanto siniestro de la zona -una especie de parque-, algo que sería corroborado con la visión de un mendigo tirado en el suelo, al lado de un banco, y que parecía no respirar. Como estábamos en Madrid, ignoramos la escena y seguimos nuestro camino hacia el templo. Apretando el paso, eso sí, porque estaba oscureciendo y los cucos podrían acecharnos en los matorrales...
Tras trepar una breve loma con algunas protestas femeninas, allí estaba: cuatro piedras egipcias con un estanque rectangular delante. Y ya está. Se podía visitar por dentro pero estaba cerrado.
Tampoco les gustaría a los japoneses, pero seguro que les compensaban las vistas del Palacio Real que había desde el parque.
2 comentarios:
Je, je, je. Muy bien explicado todo, pero casi que lo de los "bloques" lo dejes al margen...
;-)
Creo recordar hace casi un año "protestas feneminas" al tomar un atajo en la ascensión a una loma, es que cuando te juntas con perturbados no hay quien te aguante....
Interesantes esas visitas a Madrid, lo del templo lo desconocía, y a Ciudad Lineal nunca se me había ocurrido ir, es una pena que no se valore el patrimonio urbanístico como el artístico, aunque en general ocurre con toda la arquitectura del siglo XX, no hay ningún respeto porque no es lo suficientemente "antigua", que es el criterio seguido habitualmente.
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