Y es que el tunning es una forma de vida, los tuneros no sólo adornan su coche. Básicamente: escuchan bakalao, van a las discotecas, toman pastillas (no todos, pero sí muchos), y se dan vueltas con el coche por la ciudad con el volumen a tope. Trabajan en fábricas o talleres, sobre todo, y su nivel cultural pasa, en su mayoría, del de un graduado escolar... Ven esas películas americanas que nos preguntamos ¿las verá alguien?, y su forma de divertirse, además de la disco suele ser ir a los Centros Comerciales.
Además, es una afición cara. Cuesta millones tunear un coche, por no decir del gasto en gasolina a lo tonto, dándose vueltas por la ciudad.
Un ejemplo claro de un tunero es ese personaje histriónico del Neng de Castefa que aparece en Buenafuente, toda una parodia de dichos personajes y que cumple todos los tópicos: borrego, medio analfabeto, amante del bakalao más cutre y speedico. Sólo le falta un detalle: una novia rubia teñida sentada a su lado, de paquete... es el gran complemento del tunero, una novia con no demasiada sesera... A ver si se lo curran los guionistas de Buenafuente...
2 comentarios:
Te ha salido un poco snob el texto, ¿has tenido algún altercado con un "tunante"?.
A mí también me sobrepasa esa afición como ninguna otra, claro que yo soy un snob urbanita.
Esto parece periodismo como el de la COPE y Libertad Digital, de opinión, jeje. No he tenido altercados, pero por motivos de trabajo en fábricas he conocido a unos cuantos. Y los sufro por la vía pública, con su volumen a tope... No sé por Pucela, pero por aquí hay un huevo de ellos.De todas formas, es un tema que ampliaré, porque da para escribir un ensayo sociológico sobre ello...
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